Sobre Paz, Estoicismo y otros Tabúes

Sergio Esteban Díaz-Botero
Sobre la paz se ha escrito bastante ya. Existen institutos completos dedicados a investigar sobre ese estado tan documentado pero poco experimentado al que han decidido llamar paz. Se agrupan como institutos, academias, escuelas, think tanks, incluso universidades para poder emitir conceptos completos sobre la paz y sus implicaciones. Existen varios ejemplos sobre esto: International Peace Institute (ONG dedicada al estudio de la paz), University for Peace (Universidad las Naciones Unidas con sede en Tokio y Costa Rica), Peace Building Initiative de la Universidad de Ginebra y sin contar el Swiss Peace ( antigua World Peace Academy) adscrita a la Universidad de Basilea, todo con miras a describir, investigar o indagar sobre paz. Recuerdo mucho un pasaje del aclamado libro de George Orwell, 1984, en donde se podía ver uno de los ministerios encargados de gobernar y su frase insignia: “La Guerra es la Paz, la Esclavitud es la Libertad, la Ignoracia es la Fuerza”. Este famoso pasaje describe perfectamente el fenómeno que quiero expresar en este corto Blog, y si bien en el texto del escritor británico se describe un Estado que reprime de diversas formas a sus ciudadanos, esta distopía literaria no distó de la realidad en tiempos de pandemia, pues fue hasta ahora que una gran parte de la sociedad hemos visibilizado varios tipos de conflictos. 
Empecemos por determinar lo que quizás quiso decir Orwell con esta frase. En primer lugar tenemos “La Guerra es la Paz”, esta frase dice bastante y quizás es una de las más interesantes de analizar porque en algún momento puede implicar una confusión premeditada sobre el significado que socialmente se le ha atribuido a la paz y a la guerra. Si por un lado adoptamos como correcto el concepto de “Guerra Justa” utilizado primordialmente desde la escolástica agustiniana, estaríamos justificando la guerra en cualquiera de sus niveles si lo volcamos al plano de lo éticamente relevante. Al respecto es importante recalcar que si sobre la iglesia se cierne el concepto sobre guerra acuñado por San Agustín, también se debería reconocer el importante esfuerzo realizado por el papa Juan XXIII con su inmejorable encíclica “Pacem in Terris” de 1963, en donde otorga cuatro principios rectores sobre los cuales debe fundarse la paz: Verdad, Justicia, Amor y Libertad. Quizás cuando Orwell imaginó su obra, quiso representar un ideal retorcido sobre el concepto de paz, y es que tiene todo el sentido cuando el principal concepto que existe de forma material sobre paz es la ausencia de guerra; la pregunta en este punto sería ¿qué pasaría si convencemos al mundo de que guerra y paz son lo mismo?En la segunda parte de la frase, “Esclavitud es Libertad”, se puede ver una suerte de sátira onírica. Cabe recordar que 1984 fue publicada en el año 1949 y escrita entre 1947 y 1948, y, al respecto, el mismo Orwell en su célebre ensayo “Mi guerra civil española” daba una certera opinión sobre lo que para él se viviría en tiempos posteriores al suyo, pues él mismo consideraba que la obra se centraba en describir cómo se encarcelaría el pensamiento del conglomerado social y se le diría que se encuentra en total libertad. Precisamente quienes servirían como carceleros serán aquellos que tengan interés de por medio en la situación, muchas veces serán políticos o partidos políticos, y en nuestra era moderna, quizás puedan ser estos mismos y algunas empresas con interés económico. El mensaje tan poderoso que Orwell describió en este apartado de su ensayo, radica en la forma en la que se informa, pues, tal como veremos a continuación, y en relación con lo que el papa Juan XXIII describiera en su encíclica, los pilares de la paz muchas veces van a ser declarados enemigos públicos, ridiculizados o enemistados con el ideal común. 
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